La revolución de las cosas comunes

Me has mirado y he querido decir mil cosas, pero no me salía ninguna. 
De repente me faltaba el aire y he sentido como si algo hubiera entrado dentro de mí desordenándolo todo y haciendo una revolución de las cosas comunes. Ni me tocaste y ya sentía un hormigueo por toda la piel. 
Todo lo que tenía estaba viniéndose abajo y no sabía cómo frenarlo. En realidad, con tu mirada no sé si me importaba siquiera. Ahí entendí que aunque mi mundo se desmoronara me ayudarías a construir otro, y mejor. 
Porque eso es lo que haces tú: la revolución de las cosas comunes. 

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