Como en casa
Me encanta hablar pero mis momentos preferidos son cuando no lo hacemos. Cuando no hacen falta palabras para describir ese momento, cuando no son suficientes... ¿porque cómo puedes definir las cosas esenciales de la vida? El olor a café por las mañanas, el color amarillo, las personas que quieres... No puedes, simplemente las necesitas y ya. Soy fiel creyente de que cuando uno lo precisa, debe hablar. Sin embargo, la sensación de saber que no necesitas hacerlo para que ese alguien te entienda... es maravilloso. Por una parte da miedo pensar que hay alguna persona por ahí en el mundo que te puede llegar a conocer incluso más que tú mismo o descubrir esos secretos que nunca pensaste que contarías. Asusta pero todos queremos algo así. Va en nosotros, porque da igual el momento, el lugar y el por qué, nos hace sentir como en casa.