Los minutos perdidos

Todas las noches cuando me escondo bajo las mantas de mi cama siento que es el único momento del día que es verdaderamente mío. Desde que me levanto hasta que me acuesto, estoy haciendo cosas que no son para mí, estoy invirtiendo mi tiempo en algo que no es mío. ¿Quién me va a devolver ese tiempo? Nadie, porque todos cuidan del suyo. He llegado a un punto de mi vida en el que da miedo mirar atrás pero también hacia delante. Solo tengo el presente y siento que se me va. Paso la mayor parte de mi vida corriendo de un lado a otro, con prisas, convirtiendo todo en obligaciones. No sé a dónde me lleva eso, ¿dónde está el tiempo para mí? Para pensar, para hacer lo que me apasiona, para sentirme bien conmigo misma y para no hacer nada. A veces necesito aburrirme para apreciar los buenos momentos y estar sola, porque me he cansado de tenerle miedo a la soledad. De vez en cuando está bien. Por eso cuando me voy a la cama es mi momento preferido del día.

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