Las cosas que nunca te dije

Jamás te dije que me encantaba ver cómo se te iluminaban los ojos con un simple trozo de chocolate y encontrarte a las tres de la mañana en la cocina buscando algo dulce de comer. Tampoco que odiaba tus películas de domingo por la tarde, pero desde que no estás nunca me las pierdo. Siempre me pedías que te ayudara a buscar algo que habías escondido anteriormente pensando  que era un buen lugar. Me quejaba y no te trate como merecías, pero nunca te dije que lo haría mil veces más. Nunca te dije lo que significaban para mí los cuentos que me leías cuando era pequeña en la hora de la cena, era mi hora preferida. Tampoco te dije que no me importaba responder a la misma pregunta cincuenta veces y que me encantaba lo presumida que eras, porque así me dejabas peinarte.
Los abuelos tendrían que ser infinitos, y aunque no te lo dije tantas veces como debía, te quiero.

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